jueves, 21 de mayo de 2009

ovnis - angeles en astronaves


. La reunión tuvo lugar por la tarde, en una magnífica casa en el centro de Roma y la impresión positiva que el "contactista" suscitó en mí fue concomitante a su conocimiento: a su llegada, sin que nadie nos presentase, nos saludamos con un fuerte abrazo. Nuestro subconsciente nos habia hecho sentirnos "hermanos" inmediatamente.
Luego escuchándole relatar algunas experiencias, tuve la clara sensación de que lo había conocido desde siempre y de que experimentaba por él una afectuosa simpatía.
Muchos años antes había experimentado ya un estado de ánimo semejante al encontrar a George Adamski, el gran contactista americano de origen-polaco, con ocasión de una conferencia que tuvo en Roma, en el palacio Marignoli.
George Adamski fue el Enoch de los años 50 que nos relató viajes llevados a cabo en discos detectores y astronaves extraterrestres, dándonos los más minuciosos detalles sobre su funcionamento y sobre su estructura; nos habló además de los Hermanos del Espacio, de sus rasgos, de sus costumbres, de su modo de vestir, de su modo de alimentarse, de su profundo Amor por toda la creación y por los hermanos de la Tierra; finalmente, nos trajo una infinidad de noticias científicas inéditas y todas las enseñanzas de alta filosofía cósmica, aprendida durante sus numerosos viajes realizados junto a los hermanos cósmicos.
Tras un intervalo de unos treinta años, necesario para que los hombres de buena voluntad asimilasen tales conocimientos, el "testigo" dejado a su muerte por George Adamski debía ser recogido, y esto es lo que ha hecho Giorgio Dibitonto, el Enoch de los años 80.
Giorgio Dibitonto, después de visiones inesperadas, emocionados encuentros e inolvidables viajes llevados a cabo a bordo de vehículos extraterrestres, con los que se le dio la posibilidad de descender a un maravilloso planeta, donde vivió una de las más extraordinarias e impresionantes experiencias, nos relata con suma sencillez, no sólo cuál es la verdadera y sublime identidad de Ramu, velada por Adamski tras este nombre ficticio, sino también cuáles son los fines altamente espirituales de este gran personaje, por el que fue "'contactado", el cual, junto a otros Hermanos del Espacio, desde siempre obra y se prodiga para ayudar a la humanidad sufriente de nuestro planeta.
El autor, sus amigos más íntimos (algunos de los cuales han vivido en primera persona las experiencias narradas en el libro "Angeles en Astronave"), y yo mismo, somos conscientes de las dificultades que encontrará el lector para aceptar plenamente el mensaje que trasmite el libro.
En efecto, durante muchos años, la prensa, el cine y la televisión han presentado contínuamente como hiperbólica o por lo menos aterradora la hipótesis de la existencia en el Cosmos de seres inteligentes extraterrestres, a lo que hay que añadir la apatia espiritual y el escaso deseo de conocimiento demostrado por las masas, ocupadas en desenredarse de miles de problemas existenciales, y desonrientadas también por las inexactas interpretaciones teológicas, a propósito de este fenomno espacial, en el que es rica toda la Sagrada Escritura. Por otra parte, también las tesis científicas enuncidas por cerebros mediocres desprovistos de intuición y de escasa "genialidad" que basan la investigación sobre presupuestos exclusivamente materialistas de la prueba obtenida reproduciendo en laboratorio el fenómeno analizado, han excluido la posibilidad de una vida de tipo "humano".
Todo esto ha hecho difícil no sólo aceptar la idea de que "no estamos solos en el Universo", sino también convencerse de que las astronaves desconocidas que se muestran en los cielos al hombre del siglo XX son "una vieja realidad" y que las Inteligencias que producen tales vehículos han estado siempre junto al hombre para ayudarlo y guiarlo a lo largo de los fatigosos y a veces dolorosos senderos de la vida.
El hombre actual tiene suficiente cociente intelectual y sensibilidad suficiente para interpretar, siempre que lo quiera, lo que cae bajo los propios sentidos. Muchas veces sin embargo, la interpretación de determinados fenómenos, bien sea con el auxilio del telescopio, del microscopio, del radar y de sofisticados aparatos electrónicos, se vuelve difícil porque subsiste en el ánimo del hombre una infinidad de prejuicios científicos, religiosos, políticos, y éticos que lo obstaculizan y esclavizan. Además el hombre ha analizado siempre un fenómeno dirigiendo las investigaciones hacia lo exterior, viniéndose indefectiblemente a encontrar delante de un muro impenetrable que ni los sentidos ni la "razón" podían superar.
El hombre de hoy tiene también la suficiente madurez como para permitirle salir de tales estancamientos: él debe aprender a recorrer el camino que lleva hacia su interior; es decir, aprender también a hacer uso de la intuición, de su inteligencia espiritual más profunda, realidades que proceden de su origen divino. Mediante tales facultades y con una gran humildad, los "genios" de todo tiempo han llegado al descubrimiento de Leyes Universales que han hecho evolucionar a la humanidad.
Estamos en una época en que no sólo algunas grandes mentes y espíritus pueden dar pasos de gigante en el camino de la evolución hacia la verdadera Vida, sino que todo ser humano de nuestro planeta, si lo quiere, puede comprender el lazo que une lo limitado a lo infinito, lo mortal a lo eterno, y por tanto, el hombre a Dios. Ya no rigen en cada campo los viejos esquemas y estructuras. La ciencia tendrá que hacerce religiosa y la religión científica, para que el hombre pueda comprender que él "no puede morir, ni aún queriéndolo", porque la Vida es "una", la inmortal del espíritu.
Para comprender el fenomeno de los discos volantes y de las Inteligencias que los conducen, es importante, por lo tanto, examinarlo con mente abierta y bajo un doble aspecto: el material y el espiritual.
Bajo el primer aspecto hay que investigar en el pasado, releyendo, a la luz de las recientes manifestaciones espaciales, los antiguos textos épicos de todos los pueblos de la Tierra, los relatos mitológicos y las antiguas crónicas llegadas hasta nosotros; volver a estudiar la arqueología bajo el aspecto especial para comprender que numerosos descubrimientos nos hablan de los hermanos llegados hasta nosotros del Cosmos. Habrá que buscar minuciosamente en los polvorientos archivos de los observatorios astronómicos de todo el mundo para encontrar las observaciones de objetos desconocidos efectuadas en los siglos pasados por los astrónomos; volver a meditar las Sagradas Escrituras de todas las Religiones de nuestro planeta para comprender que en su construcción han intervenido nuestros Hermanos Extraterrestres.
Cuando se encuentren maravillosas analogías entre casuística actual sobre los avistamientos, los aterrizajes y los encuentros de primero, segundo, tercero y cuarto tipo y las antiguas leyendas sánscritas, hindúes, tibetanas y de los primeros habitantes del continente americano, que nos hablen de naves espaciales que volaban en el cielo hasta alcanzar las profundidades siderales; como los Vimana, descritos en el Samarangana Sutradara, una colección de documentos escritos en sánscrito de la antigua India; cuando se comprueben las afinidades entre los discos y los cigarros volantes de nuestra época y los míticos Medios Aéreos, con los cuales los Dioses del Olimpo intervenían en los conflictos de los hombres, como nos narra Homero; cuando se encuentre que Cicerón, en el capítulo 43 de su obra De Divinatione, nos habla de "Globos en el cielo", Julio Ossequente en su obra Prodigia de "Escudos Ardientes" Plinio el Viejo en sus Historias Naturales (libro II, cap. 25-36 ) de "Escudos de Fuego", Esquilo, Plutarco, Séneca y Valerio Máximo de avistamientos análogos, Jenofonte, que clasifica, en los doce capítulos de su obra Anábasis, los diversos objetos avistados como "campana","platos", como "conchas",
etc..., Conrado Lycostene, antiguo cronista, que nos ha trasmitido con su libro Prodigiorum oc Ostentorum Cronicom los avistamientos, efectuados en el Medioevo y en el Renacimiento, de cruces y vigas en el cielo; la Gaceta de Nuremberg que nos da la crónica de esferas, discos, tubos que contenían en el interior 3, 4 o incluso más esferas, avistados en el cielo de la ciudad; cuando se tenga conocimiento de las esferas negras que fueron avistadas sobre la ciudad de Basilea, como escribió Samuel Coccius en la "Gazzette Cittedina"; de naves aéreas que a fines del Ochocientos y principios del Novecientos invadieron los cielos de los Estados Unidos, iluminando con potentes reflectores casi todas las ciudades; de esferas de luz que durante la última guerra han seguido tanto a los aviones rusos como a los americanos; se tendrá entonces idea de cuán antigua y verdedera es esta "Realidad".
Después de haber comprobado todo esto, se sentirá el estimulo de "repasar" la Arqueología bajo el aspecto espacial y se hallarán descubrimientos y noticias de extraordinario interés. Aquí tenemos algunos ejemplos de ello:
--En algunas cavernas del valle Camonica, en Italia, en Tenum; en Suecia, en el altiplano de Tassili, en el desierto del Sahara, y en Australia, se encuentran diseños rupestres representando a hombres con escafandra, llamados hoy todavia por los aborígenes australianos "Hermanos de la Luz".
--En el Anti-Libano, en la llanura de Baalbec, existe desde millares de años una plataforma que tiene las carecteristicas de un aeropuerto.
--En las cavernas del Bohistan, a los pies del Himalaya, se ha encontrado una carta astronómica que muestra las constelaciones de hace 13,000 años, donde esta señalada la ruta Tierra-Venus.
--En San Antonino, en val de Susa, próximo a Turín, existe incluso una incisión en forma de elipse de donde parten otras lineas dispuestas en forma radial, y en cuyo interior se nota una serie de crisoles lisos casi circulares, distantes uno del otro 5 cm., como si el artista quisiera hacernos comprender que se trata de una astronave con los discos a bordo.
--En México, en la moderna Palenque, la ciudad sagrada de los Mayas, llamada antiguamente Na Chan Caan, que significa Casa de la Serpiente Emplumada, se encuentra la pirámide de las Inscripciones de las Leyes, donde, en el año 1952, el arqueólogo Alberto Ruiz Lhuiller descubrió, oculto nada menos que bajo ocho obstáculos, un sarcófago, que contenia el esqueleto de un hombre con el craneo recubierto por una máscara de jade, que reproducía sus rasgos, caso único en las pirámides del sur y de centroamérica; el cráneo y los rasgos han resultado antropológicamente distintos de los rasgos de cualquier hombre, no sólo de la raza Maya, sino de las razas de todo el planeta. Además, sobre la cubierta del sarcófago, esculpida, estaba representada, sin sombra de duda, una astronave con el astronauta, en posición de salida, en el puesto de mando; en los bajorrelieves de los otros lados de la tumba se encuentra una serie de símbolos astronómicos que dan al conjunto un gran significado cósmico.
--Otro importante descubrimiento arqueológico está relacionado en la extrañísima foto que George Adamski recibió en 1952, del extraterrestre venusiano con el que se había encontrado en Desert Center, en Arizona, y al cual había entregado dos meses antes, al pedírselo al extraterrestre, un carrete de su máquina fotográfica. Al recibir más tarde el carrete y revelarlo, Adamski, en lugar de las fotos que él había sacado, encontró el dibujo de un objeto en forma de elipse con signos desconocidos al lado. El contactista pensó en el dibujo de una astronave y en las explicaciones de su funcionamiento, pero entonces no estaba en condiciones de dar la interpretación adecuada de la foto. Pasados once años, es decir en 1963, el mundo arqueológico se vio convulsionado por el descubrimiento del arqueólogo de fama mundial Marcel Hornet, el cual, publicando el resultado de sus investigaciones sobre las antiguas civilizaciones del Brasil, dio la noticia del descubrimiento de la Piedra Pintada, un objeto ovoide esculpido sóbre roca viva hace 20,000 años por una raza que estaba en contacto con un pueblo del espacio; el hallazgo estaba rodeado de extraños signos, semejantes a los de la foto dada a Adamski por el extraterrestre. Cuando Homet descubrió la Piedra Pintada, Adamski ya estaba muerto algunos años y por ello es claro que el contactista no conocía su existencia. La foto dada a Adamski y el descubrimiento de la Piedra Pintada deben necesariamente hacer maditar al hombre del siglo XX sobre la relación que hay entre el pasado y el presente, respecto a la actuación de esta aviación cósmica.
También la astronomia confirma la existencia de este lazo de unión. Releyendo las anotaciones de los astrónomos sobre las observaciones efectuadas en todo el planeta, desde que se inventó el telescopio, de avistamiento de extraños objetos volantes, no sólo en la atmósfera terrestre, sino también sobre la luna y los planetas más próximos a la Tierra de nuestro sistema solar, entre las más llamativas se encuentran las siguientes:
--El 12 de Agosto de 1883, el astrónomo Bonilla del observatorio de Zacatecas, en México, mientras estaba sacando fotografías telescópicas del sol, pudo ver durante horas y horas una infinidad de objetos volantes ovoidales pasar en diagonal ante el disco solar y fotografiar uno que, una vez dejada la formación, se detuvo por un breve periodo de tiempo; la misma observación se hizo al mismo tiempo por los observatorios de Puebla y de Ciudad de México, y por las triangulaciones que hicieron los astrónomos resultó que los objetos volantes estaban cerca de la Tierra.
--El 17 de Junio de 1773 los astrónomos Galle y Sage observaron desde distintas localidades europeas que un globo luminoso salía desde el planeta Marte, viajaba a grandísima velocidad y estallaba en los altos estratos de la atmósfera terrestre.
--El 24 de Abril de 1874 el estrónomo Schafarich vio un objeto de intensa luminosidad que salía de la luna y se alejaba rápidamente en el espacio; el astrónomo que descubrió el planeta Plutón, profesor Toumbeaux, declaró hace algunos años, que tuvo la fortuna de ver en una tarde de verano, mientras tomaba el fresco en un jardín con su mujer y su suegra, una gran astronave que tenia las escotillas iluminadas por una luz azulada.
Para completar este recorrido hacia atrás en el tiempo no nos queda más que poner la atención en las Escrituras Sagradas. Si se toma la visión de los Libros Sagrados de los pueblos de toda la Tierra, leyéndolos con la ayuda de la intuición, se verá que los Carros Celestes de las Escrituras de la India, de China y de las Américas; la Serpiente Emplumada del Popul Vuh, la Biblia de los indios Quiché del gran tronco de los Mayas; el Pájaro de fuego de los Indios Hopi; las esferas transparentes y las Perlas en el Cielo de los libros Kaniur y Taniur, los Textos Sagrados del Lemaísmo en el Tibet; las nubes, los Torbellinos, los Carros de fuego del Antiguo y Nuevo Testamento, es lo mismo que los Vimana de los indios asiáticos los potentes Carros de los Dioses de Homero, los Globos y los Escudos en el Cielo, de Cicerón, Ossequente, Plinio el Viejo, Séneca, Valerio Máximo y Jenofonte, las Esferas y los Tubos de Licostenes, los Discos y los Cigarros de nuestra época, con la única diferencia de que tales avistamientos se cuentan de forma mística y reverencial y se interpretan a la luz de los conocimientos de cada época.
Erich Von Danken sostiene en su libro "Recuerdos del Futuro" que Ezequiel en el rio Kebar no vio el Carro de Dios, sino simplemente una astronave, descrita, ya se entiende, por el profeta con las palabras de la época y no sabiendo nada sobre vuelos espaciales.
Cuando el ingeniero de la NASA (el Ente Espacial Americano) Joseph F. Blumrich leyó aquel libro, se escandalizó de semejante afirmación, mostrándose también resentido desde el punto de vista profesional, además del religioso. Por tanto decidió con su conocimiento técnico-científico, refutar, tomando como punto de partida las mismas citas del profeta, la tesis sostenida por el escritor. Sin embargo, con gran sorpresa suya al acabar sus investigaciones, sus estudios, y sus trabajos, tuvo que admitir que Von Daniken tenía razón, porque, gracias a las citas de Ezequiel había llegado a la construcción de una astronave que tenía la posibilidad de volar. Sobre todo el asunto, el ingeniero Blumrich ha escrito un libro que se titula "Y el cielo sé abrió". Así concluye la introducción de su obra litereria: "Creo que raramente una absoluta derrota, como ha sido la mia, ha resultado tan fascinante y ha recompensado al investigador con tantas satisfacciones".
Hoy, después de George Ademski, y después de este "Angeles en Astronave", se pueden resumir así las dos posiciones: se puede afirmar que Ezequiel y los profetas vieron realmente Discos y Astronaves y se puede también afirmar que son los Carros de Dios. Por tanto, ninguna de las dos realidades excluye la otra, sino que más bien proporcionan, confrontadas, una síntesis en clave religioso-científica y cientifico-religiosa.
Efectivamente, es claro, como nos ha enseñado George Adamski y como confirma este libro, que no existe ninguna realidad creada que no sea religiosa, porque todo ha sido puesto en vibración por el Ser Infinito, y nada de lo que Dios pone en uso en el Cosmos y dio al hombre podrá permanecer desconocido o incomprensible para el hombre mismo.
Por tanto, es evidente que con estas afirmaciones no se quiere desacralizar nada, sino sólo aclarar que esta "aviación cósmica" ha actuado siempre y continúa haciéndolo en nuestro planeta y que sus fines son de orden y de origen trascendental.
Hoy podemos leer los testimonios de Ezequiel, de los profetas y de los contactistas modernos y comprender la realidad cósmica y sobrenatural de los visitantes procedentes del Espacio.
Por otra parte, y éste es el aspecto espiritual del fenómeno, podemos muy bien creer que el Universo no es un encuentro fortuito de átomos, como a algunos les gusta afirmar, sino la realización de Un Gran Plan surgido de la Mente de Dios y que la Creación misma esta regulada por precisas Leyes Eternas y Armoniosas.
Sobre la posibilidad de otras formas de vida en el Cosmos, un gran teólogo, el dominico Padre Monsambré se expresó así: "¿Por qué los astros no podrían estar habitados por seres menos grandes que los Angeles pero más grandes que nosotros? Entre la vida intuitiva de los puros espiritus y nuestra vida compuesta, racional y vegetetiva, hay ciertamente lugar para otras vidas, y ¿no se pondría a pensar que el Divino Pastor haya dejado en los espacios las 99 ovejas para venir a buscar aqui la centésima perdida?".
Por tanto, la Tierra no es más que una de las muchas moradas de la Casa del Padre, es un planeta en prueba, en recuperación, en estado de curación, donde la Humanidad, en función de su libre albedrío y de su escasa conciencia, debe recorrer los caminos del dolor y del sufrimiento para afinarse espiritualmente y, subir fatigosamente los peldaños de la escala evolutiva.
Si se admite, finalmente, que otras Inteligencias, u otras vidas, como dice el Padre Monsambré, dotadas de una Conciencia y, consiguientemente, de una ciencia superiores a las del hombre, observantes de las Leyes Cósmicas del Amor y de la Fraternidad, que moran en otras moradas en la Casa del Padre, han recibido el encargo o han elegido libremente seguir al hombre en su evolución para aconsejarlo o advertirlo, según los casos, como garantes y vigilantes de las Leyes Eternas que regulan el devenir de la Creación, entonces se explica la razón por la que estas inteligencias con sus vehículos han aparecido tanto al hombre medio (que ha quedado sobremanera aterrorizado) como a los profetas que, siendo hombres más evolucionados en su espíritu, eran idóneos para recibir altos conceptos de enseñanza cósmica y mística.
Sobre esta base se explica por qué tales Seres aparcen tanto en los libros de los antiguos cronistas, con la narración desnuda y simple de los avistamientos, como en los Libros Sagrados de todos los pueblos de la Tierra, con las reglas morales y las advertencias aptas para mejorar a la humanidad; se aclara además por qué ellos jamás han invadido y conquistado el planeta; y finalmente resulta evidente el por qué de su constante presencia en los cielos de la Tierra, presencia que se vuelve más evidente en circunstancias especiales, e incluso masiva cuando la Humanidad llega el termino de un ciclo evolutivo.
La prueba de que se está aproximando "el fín de los tiempos" nos la proporciona el hombre mismo con el grave error que ha cometido después que ha llegado a la división del átomo aprovechando esta inmensa energía para sus fines egoísticos y destructivos. Esto significa hacer mal uso del libre albedrío y, cuando esto sucede, la inflexible y justa Ley de Causa y Efecto se encarga, antes o después, de reducir las orgullosas pretenciones del hombre, haciendo recaer sobre él mismo los deletéreos efectos de las causas negativas que ha construido.
El espectro atómico ha envilecido el espíritu del hombre y ha humillado su sabiduría, haciéndolo capaz de exterminarse a sí mismo y a todas las especies que viven sobre la superficie del planeta; así es también capaz de llevar odio y destrucción a todo el Universo a causa del gran desequilibrio existente entre su inteligencia, que brilla en las conquistas tecnológicas, científicas y espaciales, y su conciencia que es defectuosa en el pleno de las realizaciones morales y espirituales. Esto explica ulteriormente la razón por la qué en el año 1945, fecha de la primera explosión atómica, esta "aviación" extreterrestre ha intensificado su actividad, mostrándose en todo el planeta con mucha frecuencia, aterrizando y, a veces, tomando contactos con los terrestres de cada nación.
Después del análisis pormenorizado del fenómeno discos volantes-extraterrestres que hemos expuesto hasta aquí, incluso sin pretender haber tratado el tema suficientemente, y menos aún haberlo agotado, me parece que el contenido del libro "Angeles en Astronave" será leido y valorado con mayor atención.
A pesar de todo, el lector atento podría preguntarse una vez que haya conocido la verdadera identidad de Ramu, si los extraterrestres actúan solamente en favor de los que creen en el Antiguo y Nuevo Testamento. La respuesta ha sido proporcionada por esta aviación cósmica el 4 de Noviembre de 1954, fecha en que un centenar de discos volantes procedentes de los cuatro puntos cardinales de Roma, en formación de delta, formaron sobre la Ciudad del Vaticano, centro de la Cristianidad, una gran Cruz Griega, símbolo de la Fraternidad Universal.
Después de la lectura del libro, será útil releer la Gloria del Señor que aparece en Ezequiel, la zarza ardiente desde la cual el Señor habló a Moisés antes de ponerlo a la cabeza de su pueblo, columnas de discos y astronaves, y tantos otros testimonios bíblicos en el mismo sentido, comprenderá así el lector que cuanto han vivido Giorgio Dibitonto, Tina, sus amigos y otros "contactados" de razas y religiones distintas, forma parte de una gran operación de conversión y de salvamento de la humanidad entera, conducida por esta aviación a gran escala en todo el planeta.
No nos maravillamos, pues, de que los contactados no hayan sido elegidos de entre hombres doctos y científicos, aunque hayan existido algunas excepciones; los extraterrestres, lo mismo que Jesús, que quiso rodearse de sencillos pescadores, confían sus mensajes a personas sencillas, dotadas de gran apertura mental y de profunda espiritualidad.
Con tales cualidades interiores y con la ayuda del cielo se pueden vivir las experiencias que el libro nos cuenta sin traumas, aunque a la mayoría de la gente les parezcan inverosímiles. De eso era bien consciente Ramu cuando dijo a Giorgio: "La confusión que ahora reina sobre la Tierra permite a pocos comprender de lleno que se están cumpliendo todas las profecías que dimos a los hombres adecuados para trasmitirlas fielmente. Ellos fueron escarnecidos, incomprendidos, perseguidos e incluso muertos. Sin embargo sus palabras se cumplirán siempre, mucho dolor, mucho dolor se ahorraría a los hermanos de la Tierra si renunciaran a su orgullo y el uso de la fuerza".
Para George Adamski la vida estuvo llena de amarguras. Giorgio Dibitonto es conciente de ello y con todo da el mensaje que ha recibido juntamente con su amor y su fe. Pertenece al lector el saberse poner en condiciones de espíritu aptas para aceptarlo y actuar de modo que en su ánimo pueda expanderse la Luz.
En Fátima, entre los miles de personas presentes en el momento de la llegada de la Virgen, se vio una luz o un globo luminoso venir desde el cielo hacia el lugar donde Lucia pudo hablar con la Aparición. Existen también testimonios en el mismo sentido por parte de las personas no creyentes que se encontraban allí para ver el milagro del sol que se había anunciado. Yo creo que aquel globo y aquellas realidades son las mismas que se manifestaron a George Adamski, a millones de hombres de la Tierra en diversas formas y a los profetas. Ezequiel es el testimonio más preciso de ello en lo que respecta al disco y a la astronave.
El evangelista Lucas escribió, refiriéndonos las palabras del Divino Maestro: "Cuando véis una nube que se levanta en el occidente, al momento decís: va a llover, y asi sucede. Y cuando sopla el sur, decís: viene bochorno, y así sucede ¡Hipócritas! Sabéis explotar el aspecto de la Tierra y del Cielo, ¿cómo no exploráis, pues, este tiempo? ¿Y por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo?". La invitación de Jesús la vuelve a hacer George Adamski y "Angeles en Astronave", en una clave actual pero coherente con los Evangelios que ya hace dos mil años, anunciaron: "Vendrán hechos terrorificos y grandes señales en el cielo". Pero los hechos terrorificos proceden del orgullo y de la neceded de los hombres de la Tierra, mientras que los signos del cielo son los del Amor y de la Fraternidad, construidos por los hermanos Extraterretres para la salvación de los hombres.

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