jueves, 21 de mayo de 2009

EXPLICACIONES Y ENSEÑANZAS.

Capítulo 8.
EXPLICACIONES Y ENSEÑANZAS.
Llegamos al lugar del encuentro cuando ya se estaba poniendo el sol. Los viajeros de la luz no se hicieron esperar mucho: reconocimos a Rafael, y con él estaban Firkon, Orthon, Kalna e Ilmuth. Se acercaron. Nos saludaron muy calurosamente. Nos sentamos sobre la hierba. Veíamos el valle allá abajo, y al fondo, el mar. Detrás de nosotros, a pocos metros, empezaba el bosque de árboles.
Rafael miró a Firkon y comprendí que la invitaba a tomar la palabra:
"Cuando os decimos que nuestras astronaves recorren el espacio", comenzó enseguida Firkon con la vivacidad que le caracterizaba, "no nos referimos solamente a espacios materiales. El espacio comprende sobre todo ilimitados Universos Ultramateriales. La única dimensión que cae bajo la observación de vuestra ciencia es la relativa a la materia. Pero las dimensiones cósmicas son tantas y tales como para que no podáis tener de ellas la más ligera idea. Se precisa mucho conocimiento y mucho tiempo para poder experimentar cuanto estamos diciendo. Ni siquiera vuestra imaginación, ahora, puede alcanzar lo más minimo tales realidades”.
Firkon esperó a que nuestra mente hubiese asimilado un poco lo que nos había dicho. Ví a los Hermanos del espacio muy atentos sentados a nuestro alrededor.
"En el Cosmos", prosiguió, "no existe solamente la dimensión material. Existen dimensiones ultramateriales que no muestran solamente longitud, altitud y profundidad, sino una riqueza mayor, realidades vitales en las cuales lo que llamáis detras, delante, encima, debajo, dentro y fuera se convierten en limites superados. Cuanto más evolucionado es un Universo, más se expresa su energía vital en nuevas formas más libres y la conciencia se amplia en un respiro universal más vasto. A cada dimensión cósmica corresponde un cuerpo humano de grado evolutivo equivalente. Cada nuevo Universo conquistado por el alma del hombre en evolución, se presenta a él y a sus sentidos más evolucionados en una nueva síntesis, en un nuevo significado y en una nueva lógica desconocidas en la dimensión anterior superada. Y asi cada nueva dimensión comporta realidades nuevas y nuevos modos de ser de la energía vital que derivan siempre de las mismas Leyes Universales que regulan toda la Creación. Cuanto más evolucionadas son las dimensiones, y por tanto más perfectas, más la conciencia de quien la experimenta conoce el Amor con el cual todo fue creado y el Amor que subsiste en ellas. El Amor Universal es la fuerza vital y unitaria de todo cuanto existe".
Firkon hizo otra pausa: el tono vivaz de su voz y sus gestos animaban las explicaciones apoyadas con ejemplos y comparaciones.
"Cuando una astronave", dijo, "se detiene sobre el suelo terrestre, está perfectamente materializada. Pero queda inmersa en una fuerza cósmica que la mantiene autónoma de las Leyes Gravitacionales del planeta. Por eso es por lo que podemos levantarnos de la Tierra con facilidad, y superar en un momento cualesquiera Leyes relativas a vuestra Fisica. Asi nos levantamos de Ia Tierra hasta la velocidad ideal de desmaterialización, sin ningún inconveniente gracias a esta libertad de las Leyes Gravitacionales. Aumentando el ritmo vibratorio vital, nos encontramos inmediatamente en sintonia con la vida de otras dimensiones. A voluntad, podemos penetrar en los cielos de dimensiones superiores o volver a bajar a las dimensiones inferiores hasta la material".
Quise hacer una pregunta: "Las astronaves", dije, "¿en qué dimensión las construís?".
Firkon sonrió y explicó: "Podemos construirlas en la dimensión que queramos. Para nosotros es muy sencillo. Cuando se tiene un conocimiento muy grande y por tanto se esta en perfecta armonía con todo lo creedo, se obedece de buen grado a las Leyes Universales de nuestro Padre Dios. Entonces todo es bueno y posible.
En la Escritura se repite que todo lo que el Pedre Dios creó era bueno, más aún muy bueno, porque era fruto de sus manos. Las dificultades vinieron para los que quisieron experimentar el mal. Cayeron en la ignorancia de las Leyes Universales y su ignorancia les llevó a la presunción. Todo buen hijo del Padre se confía con sencillez y fe en las manos de su Creador que nada ha descuidado. El obra a través de la misma creación y de sus hijos más evolucionados, que estan más cerca de El y conocen mejor sus Leyes de Amor. Cuando sus hijos por el contrario, como sucede en la Tierra, no confian ya en Quien ha creado todo, y ellos mismos se vuelven soberbios, entonces todo resulta dificil o sea, complicado".
Firkon hizo un gesto con la mano a Orthon para que tomase la palabra.
Orthon se abrió en una sonrisa y dijo: "A Jacob le mostramos la escala que subia de la Tierra al Cielo. El vio a los Angeles subir y bajar por ella. ¿No os parece", preguntó, "que esta escala significa todas las dimensiones cósmicas que separan la Tierra del Cielo? Nosotros, atravesamos todos los espacios del cielo hasta vosotros y volvemos allá arriba. En la cumbre de esta escala está la Barrera Celeste".
Tina pidió explicaciones sobre la Barrera Celeste que había nombrado Orthon.
"La zona cósmica", explicó Orthon, "que llamamos Barrera Celeste representa, en la práctica, las últimas dimensiones que tienen todavía una forma análoga a la que conocéis. Más allá de ella hay puro espacio, energía vital pura, la esencia de la vida sin más mediaciones de forma. Para daros una idea de ello", explicó mejor, "por debajo de la Barrera Celeste, en zonas cósmicas y en sus Universos y mundos hay muchos espacios, pero fuera de la Barrera Celeste son las conciencias las que hacen el espacio a medida que se sube en el Cosmos hacia la Barrera Celeste, uno se libera de las fomas para expresar cada vez mas libremente la Conciencia Universal, se realizan al máximo todas las potencialidades del ser que hay en nosotros, se entra conscientemente en el seno del Padre Creador, en su Feliz Divinidad. La visión del Infinito se vuelve cada vez más profunda y real. Pero la evolución nunca se detendrá. El Padre Creador no tiene límites y no los ha puesto a sus hijos que quieren recorrer las infinitas vías de su Amor Divino".
Tina hizo entonces otra pregunta: "Cuando se dice, rezando, "Padre Nuestro que estás en los Cielos", dijo, "¿por cielo entendemos el espacio de más allá de la Berrera Celeste o también el cósmico?".
Orthon sonrió. "Dios", respondió, "no puede ser encerrado en ningún espacio, ni cósmico ni ultracósmico. Pero fuera de la Barrera Celeste, en la máxima pureza de la conciencia, se tiene una visión cada vez más directa de la Esencia Divina.
"La participación en la realidad divina se vuelve cada vez más activa. Por tanto los cielos son la misma Divinidad que hace el espacio, pero se entiende también todo espacio que hay que alcanzar en esta ascensión hacia el Creador, fuente de todo conocimiento y de toda felicidad".
Firkon hizo un gesto que quería expresar un pensamiento de no fácil comprensión.
"Es verdad", dijo, "es cuestion de términos, de palabras, pero la realidad se concibe a grandes líneas como os la hemos descrito. Todo lo que se expresa en palabras se queda restringido. El Cosmos es una maravilla ilimitada. El espacio celeste es el extasis de la conciencia frente a las infinitas posibilidades del Amor, que es el sustrato de todo, la esencia vital de todo. El Amor es la misma Divinidad. La escala evolutiva de las energías vitales, las dimensiones, los espacios vitales, el camino de Ia conciencia, todo, en Ia Creación, no conoce saltos y vacíos. El Padre lo ha creado todo con dulzura infinita, gradualmente, con Amor inconcebible. Las exquisitas Leyes Universales están al servicio de sus hijos, que El ama infinitamente. Pero ellos son tan libres y tienen tal dignidad, como para tener posibilidad de rebelarsre y de deteriorar y trastornar este plan de Amor y de Vida Eterna. El hombre tendrá que comprender que es una criatura cuyo único límite es no ser Dios y que por tanto, sólo a El debe obediencia y Amor. Este pecado contra El fue el principio del mal en el Cosmos".
Pensé que el hombre de la Tierra se comporta como si solamente existiese esta vida para él. Por eso pregunté a Rafael: "¿No es posible hacer algo concreto para suministrar a los hombres de la Tierra mayores pruebas de la existencia de otros mundos y de vuestra presencia en ellos?. Esto haría reflexionar a muchas conciencias que viven en el error afirmando que fuera de la vida de la Tierra no puede existir otra".
Rafael me miró con dulzura, pero en sus ojos había una velada tristeza que me pareció casi un reproche.
"Tú", me dijo, "no has comprendido todavía que no serán las pruebas externas las que hagan desistir a muchos de sus errores y del mal. Se han dado muchas pruebas a los hombres durante todos estos milenios de historia, de sangre y de injusticias; pero fueron rehusadas, y así creció la responsabilidad de muchos. Jesús dio millares de pruebas durante su vida pública, y también mientras moría en la cruz, y después de su muerte. Sin embargo "pocos las aceptaron. Hoy muchos que ven cosas tales como para hacerles comprender la realidad que os hemos explicado, les dan una versión desviada; y cuando se sienten obligados a admitir su ignorancia, se consuelan diciendo que un día la ciencia humana explicará estas cosas. No serán las pruebas las que salven a vuestro mundo, sino el Amor, la paciencia, y la fe de los que estén en la Tierra más evolucionados espiritualmente: los hombres de buena voluntad. La fuerza infinita del Amor vencerá al mal que, contrariamente, tiene grandes límites. Cesará así vuestro camino de muerte y de violencia. El Amor del Padre y de sus hijos fieles será la fuerza que convenza los corazones obstinados, y entonces se abrirán las mentes al verdadero conocimiento. ¿De qué serviría adueñarse de la verdad sin haber extirpado el error de la propia conciencia, sino para aumentar la propia responsabilidad?. Debes comprender", me dijo dulcemente, "que la luz se da para ver, no para dañar los ojos habituados a las tinieblas".
"Entonces", pregunté, "¿esta iluminación llegará por grados?".
"Exactamente", dijo Rafael que se había puesto más contento. "Dios no quiere oprimir a nadie y nosotros nos comportamos según su Amor para los hijos que están en el error. Pero es importante que se haga todo lo posible para evitar que las vías del mal lleguen al límite establecido. Porque en este caso la recuperación será tanto más dolorosa cuanto más se hayan alejado por el error. El dolor es la gran voz universal que reclama a la salvación. Es el eco del dolor del Padre Dios, inmensamente más grande que todo el dolor de sus criaturas. El permite que sus hijos en peligro sientan una migaja de este dolor divino suyo, a fin de que comprendan que la verdadera felicidad consiste solamente en estar con El, en su verdad".
Se hizo el silencio. Nunca había pensado en el Padre Dios como a un Ser que pudiese sufrir. Pensaba que nada podía turbar su infinita felicidad. Firkon me miraba a los ojos. Comprendí que leía en mis pensamientos. Sonrió; luego se puso más serio y dijo: "Ciertamente querido mio, nada puede atacar la ifinita felicidad de Dios. Pero esto no significa que al mismo tiempo no haya de sufrir por la rebelión y por el sufrimiento de sus hijos. El sufre, sin perder por esto su felicidad".
Luego calló pensativo. Suspiró, y con tono grave añadió: "¡Si supiérais lo que quiere decir el sufrimiento de Dios!".
No dijo más, y lo vi doblegado bajo el peso de un gran dolor. Vi en El un gran Hijo del Padre que expresaba todo su Amor por aquel Ser Infinito, que no merecia ser traicionado en la confianza que daba a sus hijos como un don extraordinario, que sólo un Dios, precisamente, podía haber dado.
Me excusé por la dureza de mi mente y de mi corazón. Rafael sonrió, y dijo que todo lo creado es un escuela de Amor. Aseguró que el conocimiento se da a todo el que abre su corazón a la bondad y a la sencillez.
Intervino Kalna, con su voz dulcísima; su rostro se iluminó "Las Escrituras", dijo, "hablan muchas veces de la dimensión del corazón en la que Dios habla a sus hijos. Esta es la dimensión del espíritu. Es la parte del ser humano relativa a la conciencia profunda. Corazón y espíritu en la Escritura significan la misma cosa. La dimensión del corazón no conoce las complicaciones de la mente, pero tiene la capacidad de contemplar a Dios, el Amor, la Bondad, la Verdad, la Esencia. Cuando los hijos del Padre traspasan la Barrera Celeste y entran en el espacio puro a la contemplación directa de la Divinidad y de sus infinitas maravillas, participan de la Vida Eterna no ya con las complicadas estructuras de la mente, sino a través de las límpidas y trasparentes facultades de la dimensión del corazón o del espíritu. Los hombres de la Tierra han dado un gran valor a las estructuras racionales de la mente y han aprisionado su corazón. Se han perdido en el laberinto de los pensamientos y han permitido al orgullo establecer su morada en las estructuras racionales. La mente que ha caído en el error ha comenzado antes por aprisionar el corazón y después ha proseguido su acción destructiva contra él. Pero destruir la dimensión del corazón significa provocar la propia muerte eterna, la muerte del espíritu, la perdición. A este respecto Jesús os dijo la verdad. Vuestra infelicidad", prosiguió Kalna, "depende del hecho de que en vosotros mente y corazón están en conflicto permanente. O sea, habéis puesto en pugna a materia y espíritu. Esto lo ha producido el orgullo que se alberga en vosotros. Toda pasión nace del orgullo. Todas vuestras pasiones destructivas de la dimensión del corazón proceden de vuestra mente invadida de orgullo. Si liberáis vuestra mente de la soberbia y os volvéis humildes y sencillos, buenos y trasparentes como el Padre Dios os creó, habréis resuelto todo el problema del mal y de vuestra infelicidad".
Aquí tomó la palabra Ilmuth. Sus ojos brillaban. "Estáis convencidos", dijo, "de que es dificil despojarse del orgullo. Decís verdad, porque no conseguís ver ya, si no es a través de aquella lente, incluso vuestra purificación. Además se os ha enseñado una purificación perfeccionista que no es posible para vosotros, y entonces termináis por convenceros de que el camino del bien sobre la Tierra no es posible. Esto ha sucedido porque también vuestros maestros y pastores estaban llenos de orgullo y perfeccionismo. En lugar de eso, el camino de la purificación y liberación del orgullo está hecho de pequeñas cosas, de pequeñas sucesivas purificaciones. Es como oxigenar poco a poco los pulmones para encontrarse luego disintoxicados. Vuestro espíritu tiene tales capacidades que, si diéseis cada día a vuestra conciencia un poco de sencillez y humildad, poco a poco ella os trasformaría, y descubriríais que sois distintos a lo que creíais ser. Pero si os abandonáis cada día un poco al mal y al orgullo, entonces vuestra dimensión del corazón morirá sofocada sin que os déis cuenta de ello. Dios es bueno. El mira con Amor las pequeñas cosas buenas de vuestro corazón. El no pretende mucho para atraer a la salvación a sus hijos extraviados. Pero también para salvarse de la soberbia no hay que ser soberbios. Humildad y sencillez llevan a la humildad y a la sencillez. Amor y paciencia llevan al Amor y a la serenidad. No queráis pensar demasiado en vuestra maldad, sino más en la bondad del Padre Dios y en la de sus hijos fieles que obran para vuestro beneficio en su nombre".
Rafael volvió a tomar la palabra. "La mente", dijo, "tiene la capacidad de retener, elaborar y modificar los contenidos de la dimensión del corazón. Pero las facultades de la mente racional, bien usadas y no en oposición a las voces del espíritu, pueden ayudar al corazón a expresar sus contenidos. La mente se vuelve una trampa cuando deforma y reprime estos contenidos. Ya tenemos entonces a corazón y mente enemistados, mientras la infelicidad y la enfermedad penetran para expresar mucho dolor en vuestra existencia".
"La mente, os lo repito, puede volverse enemiga del Amor Universal y de las Leyes del Padre Dios y entonces puede matar el Amor en el corazón del hombre. El camino que se os indicó es éste, lo repetimos, de la sencillez, de la humildad y de la bondad. Desead estas cosas para que el Padre os las conceda. Pedidlo y veréis llegar la salvación."
Ilmuth prosiguió: "Para quien ama el bien, no existe la muerte, en ninguno de sus aspectos. Pensar que con la muerte del cuerpo material todo acabo es un gran error, fruto de ceguedad interior y de ignorancia. Morir es nacer en otros planetas con un nuevo cuerpo; es realizar nuevas formas de vida ya presentes en vosotros potencialmente. Nacer en nuevos mundos es realizar una conciencia más evolucionada, ser más felices con un conocimiento mayor y con mayor posibilidad de vida".
"Jesús puso en guardia a los hombres de la Tierra para que no matasen al Amor en su corazón con la soberbia y con la hipocresia de su mente; porque esto significa retroceder hasta el punto de no poder nacer en planetas más evolucionados, sino con el riesgo de encontrarse en situaciones tan involucionadas que se pueden comparar al estado de muerte. El dolor del Padre por estos hijos que se pierden es tan grande que ellos lo sienten, y su sufrimiento aumenta con la imposiblidad de su voluntad para salir del cepo del mal que les aprisiona. Para algunos hermanos obstinados que hacen cosas tan absurdas en perjuicio propio y de los hermanos, convirtiendose en verdaderos demonios, ¿cómo no hablar de muerte?. Siempre hay esperanza y salvación, pero no es justo aprovecharse de la libertad y de la magnánima bondad de un Padre tan adorable. Esto puede costar un gran sufrimiento, porque El es también justo. ¡Ay de nosotros si no fuese así!".
Se hizo un silencio que me pareció una amonestación. El sol estaba ya traspuesto y las montañas se habían coloreado de un azul oscuro. El valle mostraba una dimensión más íntima.
Rafael dijo que era hora de marchar, pero nos prometió también que pronto nos encontraríamos otra vez.
"Todavía tenemos que deciros muchas cosas", dijo. La tarde avanzaba hacia el crepúsculo sobre todo el paisaje.
Nos saludamos como viejos amigos disgustados por tenerse que dejar.
Rafael nos invitó a que nos alejáramos unas decenas de metros. Vimos abrirse la puertecilla del disco y una luz blanquísima salió de él iluminando la vegetación circundante. Entraron todos saludando afablemente con la mano. Luego la puertecilla se cerró silenciosamente, y el disco se elevó de repente a una velocidad increible. Poco después desapareció. La hierba del prado había quedado aplastada y era levemente acariciada por el viento.

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