jueves, 21 de mayo de 2009

ORACIÓN Y MENSAJES.

Capítulo 14.
ORACIÓN Y MENSAJES.
Un gradual aumento de la luz y una música suave nos despertaron. Pasaron a recogernos Rafael y Kalna, que nos acompañaron a una sala donde algunos jóvenes y muchachas estaban danzando.
Otras cantaban, acompañados por la música de algunos instrumentos. Los Hermanos que tocaban eran muy habiles en aquel arte y dotados de especial sensibilidad. Algunos de aquellos instrumentos nos eran desconocidos del todo, puesto que eran completamente desiguales a los nuestros; otros podrían ser definidos semejantes al violín, al arpa, a la trompeta, al oboe y no sé si al clavicémbalo, órgano o piano. Emitian sonidos cálidos, suaves y sutiles, con una armonía que manifestaba una elevación sobrenatural. Algunos fragmentos, aunque estaban más allá de toda comparación con músicas de la Tierra, me recordaban ciertas arias de Bach. Los Hermanos entraban y salían libremente. Eran hombres y mujeres que mostraban una edad difícilmente definible pero que habría calculado entre los quince a los treinta y cinco años. Sus expresiones eran dulces, hasta en la variedad de las fisonomias y de su personalidad. Algunos parecían más meditativos por temperamento, otros más practicos y vivaces. Había en ellos distintas facciones y características diferentes, que en la Tierra podriamos relacionar con la variedad de razas humanas, con la diversidad entre las gentes de naciones y regiones lejanas una de la otra. Todos nos saludaban afablemente; alguno se detenía a pedirnos noticias y nos manifestaba su acogedora simpatía. Todos estaban informados de nuestra procedencia y estaban al corriente de la misión que Rafael y los demás llevaban con nosotros.
Después ejecutaron un canto tan melodioso que nos embelesó. Los movimientos de los danzadores y danzarinas eran tan ágiles y expresivos que impresionaban el ánimo profundamente.
En un momento determinado se hizo el silencio. Un Hermano que estaba presente y que debía ser muy amado y venerado por el alto grado de su evolución y conocimiento, dijo en voz alta: "Que el Padre Celeste bendiga a nuestros hermanos de la Tierra. Que su luz infinita ilumine las mentes de los que no le ven. Que Dios recompense y proteja a quien se dedica a su justa causa. Que atraiga a Sí con su dulcísima fuerza a todo hijo perdido".
Dichas estas palabras, toda la asamblea recitó en voz baja y con sentimiento una encendida oración:

"Padre Amadísimo y siempre adorable
que estás más allá de todo Espacio;
es dulce recordar tu Nombre;
Tu "Amor penetra todo abismo
y arrebata nuestros corazones;
nosotros te rogamos ahora
por todos los hermanos de la Tierra.
Dales Tu Luz y Tu Fuego.
Perdona todas sus ofensas.
Haz que ellos perdonen a los hermanos
que no saben Amar.
Quita todo pecado del Cosmos y de la Tierra.
Que todos tus hijos te conozcan, oh Padre,
y te amen eternamente.
Escucha oh Padre,
y danos alegría y paz
en el conocimiento.
Así sea."

Una dulcísima paz nos había entrado con las palabras de súplica de aquellos Hermanos. Los ojos de Tina estaban llenos de lágrimas. Paolo estaba absorto y silencioso. Miré a Rafael, que dijo:
"El Padre Dios, Aquel que es Bueno y Humildísimo, Grande y Poderosísimo, nos hace sentir su divina presencia y su amorosa sonrisa".
Siguió un tiempo de recogimiento, en el que cada uno habló al Padre en lo secreto de su corazón. Advertía Su presencia más que si hubiese tomado una forma y hubiese sido una persona visible. Lo amé por mi y por todos sus hijos de la Tierra. Lo amé porque lo sentia amabilísimo.
Una pared lateral de la sala se descorrió mostrando otra pieza contigua de la astronave. Ahora se había formado un gran salón único donde se reunieron otros hombres y mujeres.Todos se sentaron; Rafael se levantó y empezó a hablar así:
"Toda la Fraternidad que vive conscientemente en el Amor Universal del Padre, desde siempre ayuda a los hermanos de la Tierra que se esfuerzan en un largo y difícil camino. Pero en este tiempo el planeta se acerca al cumplimiento de grandes acontecimientos, previstos desde siempre por el Padre Dios, de lo que estamos informados desde hace mucho tiempo y lo dimos a escribir a los Profetas que bajaron a la Tierra a cumplir su misión de guía. Siempre nos hemos mostrado a los terrestres y hemos contactado con ellos para enterarlos de nuestra presencia. Desde que la segunda guerra mundial estalló en los continentes de aquel mundo hemos estudiado intervenciones cada vez más concretas. Desde el final del conflicto, que tanto dolor produjo, estamos contactando visiblemente un número cada vez mayor de hermanos. Esto será cada vez más, a pesar de que existen obstáculos y prejuicios que impiden que se difunda nuestra acción. Nuestras astronaves son muy visibles, nuestros discos realizan movimientos y emiten luces coloreadas que no son posibles a los medios aéreos, navales y terrestres del planeta. Los que nos ven detenidos en la atmósfera no pueden dudar de que somos nosotros. Los que nos ven zigzaguear en el cielo o perciben esferas de fuego que se mueven de un modo raro o notan otros hechos que no pueden explicarse con las Leyes de la Física, no pueden más que deducir nuestra presencia".
Rafael miró a Tina, a Paolo y a mí con el aire de quien sabe que es escuchado atentamente.
"Pero nosotros", prosiguió, "contactamos también con los hermanos de la Tierra por otras vías más provechosas, hablamos a su espíritu, a su corazón y a su mente, incluso a la imaginación, sin violentarles, sino para trasmitirles nuestros pensamientos y nuestros sentimientos, para dar luz y conocimiento. Lo hacemos de modo suave y ellos son libres de abrir su ser a estas verdades o rechazarlas y elegir otras cosas. En esta época se están cumpliendo las palabras del Hermano Joel, que se dieron a los hermanos de la Tierra para el futuro que ahora es presente: "Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos tendrán sueños, y vuestros jóvenes visiones".
Ha llegado el tiempo para los hijos de la Tierra del cumplimiento pleno de las palabras del profeta: "Haré aparecer, dice el Señor, signos prodigiosos en el cielo y en la Tierra, sangre, fuego y columnas de humo".
Rafael exortó a toda la Fraternidad del Amor Universal a colaborar en el nombre del Padre Dios para la salvación de los hombres de la Tierra. Todos estaban pendientes de sus labios.
"Estamos muy tristes", dijo pausadamente, "por las cosas que sucederán pronto en la Tierra". Después se recogió como en oración y añadió: "Pero nosotros confiamos en la infinita misericordia y bondad de Dios, del Cristo Señor que en aquel planeta murió por Amor de los hermanos y de la Señora su Madre que tanto poder tiene sobre el corazón de El y del Padre Celeste". Antes de que acabase de pronunciar estas palabras la luz empezó a disminuir. Entreví a Rafael sentarse levemente. Se nos mostró una terrible escena, que preferimos no referir. Una voz masculina decía: "El sol se cambiará en tinieblas y la luna en sangre, antes de que venga el día del Señor Grande y terrible"
Después una voz de mujer pronunció estas palabras de esperanza: "Quien invoque al nombre del Señor será salvado; porque en el Monte Sión y en Jerusalén estará el resto de los salvados, como ha dicho el Señor, y tendrán refugio los llamados de Dios”.
Vimos innumerables hombres, mujeres y niños, que eran levantados de la Tierra, elevados a las astronaves, amontonados en el cielo de una Tierra trastornada. Era como si los que eran puestos a salvo tuviesen una señal para reconocerles, puesto que relucían con la misma blancura de las astronaves.
Volvió a encenderse la luz, y Rafael se levantó de nuevo. "Las Escrituras dijo, Teman a Dios Señor de los Ejercitos. Cuando nació Jesus Hijo de Dios vivo, en la gruta de Belén, signo de humildad infinita, aquel Gran Hermano, el Ejército del Señor canto su Gloria por la paz de los hombres de la Tierra. Ahora nos estamos acercando a la batalla final contra el mal, contra el dolor que aflige durante demasiado tiempo a los hijos y a el Padre. Pronto tocaremos la trompeta de la Victoria del Amor Universal, de la Justicia y del Bien, la Tierra surgirá un sol nunca visto antes, ni siquiera en el tiempo del primer Edén. El resto, está profetizado, celebrará una gran fiesta con Aquél qué reina por derecho, siendo Bueno, Justo y Verdadero, como está escrito.
Rafael se sento y después de una breve pausa continuo: "Levantaremos de la Tierra a los hermanos que desde siempre buscan bondad y justicia, despues a los arrepentidos y por fin a quienes inclinen las rodillas ante el Padre Dios en el último momento. Para todos habrá salvación, excepto para quien quiera exaltar hasta la perdición su dureza de corazón. ¡Quien tenga oidos entienda!".
Se interrumpió. Después su voz se hizo más suave. “Nosotros", dijo "invitamos a todos los hermanos de la Tierra abrir el corazón a la bondad y a la oración dirigida al Padre Creador y a nosotros sus intermediarios. Cada anhelo suyo tendrá siempre respuesta, como ha sucedido siempre. Nosotros estamos en disposición de escuchar vuestro pensamiento y vuestro corazón menesteroso. E infinitamente más lo está el Padre Dios. Orad y suplicad, buenos y sencillos de la Tierra, para que pueda ser sometido el orgullo homicida y fraticida presente en vuestro mundo. Ni siquiera una sílaba de vuestra oración se perdera, ni un suspiro de vuestra alma en favor de la causa justa. Orad y suplicad y sed cada día humildes y buenos. Que no se desanime vuestro corazón por los límites humanos. En todo momento hay perdón y misericordia. Si sois humildes y os arrepentís, todos vuestros pecados serán motivo de Amor y de ternura. El Padre nos ha puesto a vuestro lado y os a mandado a Aquel que tiene conocimiento, bondad y Amor más allá de toda posibilidad de imaginación. Se os ha dado un Maestro cuya sabiduría y misericordia no conoce limites. Con El está su Madre, la Señora del Espacio, Aquella que en Fátima, perdida localidad terrestre, dió a unos simples niños el anuncio del inminente momento apocalíptico que amenaza a la Tierra por la locura del hombre. Ella suplica y se ocupa en todo momento de sus hijos de la Tierra, pero el peso que lleva es cada vez más intolerable, y su carga cada vez más insostenible. Existen Leyes Universales de justicia que el Padre ha dado como garantía del Amor entre sus hijos, entre estos y El. Nosotros decimos con tristeza a los hermanos de aquel planeta que desde hace tiempo estamos ya fuera de todo límite permitido. Que haya una competencia de bondad, de oración y de humildad. Que vuelva la sencillez de otro tiempo, que no es contraria al progreso conseguido, si se vive bien. El vendrá pronto y nosotros estaremos con El. El Reino del Amor volverá a la Tierra y será un gran día para quien lo haya esperado y un dia grande y terrible para sus enemigos, los enemigos del Amor del Señor Dios".
Se nos dieron dos mensajes, uno de ellos sellado. Mientras se me entregaba el segundo, Rafael me dijo: "Pronto vendrá su Reino a la Tierra, un Reino del Espíritu, que no podrá ser confiado a ningun poder humano. Esto también fue decretado y esta escrito".
Después se nos anunció que la astronave estaba detenida en el Espacio; pronto entraríamos nuevamente al disco para bajar a un mundo desconocido para nosotros.

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